Pese a que me genera algo de temor/ansiedad venir a la sesión de quimio por la naturaleza de la enfermedad y la afectación del tratamiento en los siguientes días, la clínica de Marly es para mí un lugar acogedor, dentro de lo que pueden ser los hospitales. Las instalaciones están bien aprovisionadas, son cómodas y limpias. Sin embargo, lo que más destaca es la calidez humana y lo profesionales que son las enfermeras. Es inigualable, lo que aprecio mucho, ya que siempre están muy atentas y dispuestas a ayudarme y creo que eso me facilita sobrellevar el tratamiento. Muchas gracias.

Mi experiencia en sala de quimioterapia ha sido la mejor, me he sentido muy bien atendida, la jefe lorena y Laura son grandes personas, siempre tienen una cara amable y lo hacen sentir a uno muy bien. Durante este proceso Dios ha puesto en el camino personas maravillosas que han hecho que todo sea mucho mas fácil y llevadero y el estar aquí ha sido una de ellas. Dios los bendiga por esta hermosa labor.

Solo unas palabras que no puedo catalogar como experiencia, porque lo único que tengo para expresar hacia ustedes es un agradecimiento infinito. Aquí y con los ojos aguados puedo decir que ustedes han sido ángeles en nuestro camino y para nuestra familia en este proceso tan fuerte por el que estamos pasando. Ustedes deben amar mucho su profesión, lo expresan en el amor y el cariño con el que lo realizan, nunca se los conté pero no saben con el miedo y la cantidad de sentimientos tristes con los que venimos el primer día, solo que aquí encontramos una calidad de seres humanos excepciones que nos atendieron y lo cambiaron todo, tanto que ahora, ya casi finalizando nuestro tratamiento, nos alistamos contentos para llegar a la inmunoterapia siguiente, donde encontramos caras amables, positivas y con una voz de aliento para continuar. Se volvieron nuestras confidentes, disfrutamos de nuestras respetuosas pero divertidas charlas, viajes, familia, risas, etc. Son las mejores, Dios las bendiga y proteja siempre. Pueden contar con nosotros en cualquier dificultad que podamos aportar. En nuestro corazón por siempre.

Desde el día que llegue a la sala de quimioterapia me sentí en casa, la calidad humana, el profesionalismo, el amor y la cercanía con la que me atendieron hizo que esta experiencia fuera más llevadera. Me siento absolutamente afortunada y agradecida con mi oncóloga Laura Bernal, la jefe Lorena, Laura y Paola.